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Sebastián Castillo, el revulsivo del Deportivo La Guaira

El Deportivo La Guaira tiene una identidad muy definida con Juan Domingo Tolisano en el banquillo. Fútbol ofensivo con el balón como eje central, donde mover el esférico de lado a lado y someter al rival con la posesión es el credo. A este elenco se le puede poner otro color a la camisa, pero su idea de juego lo delataría y se sabría que es el naranja. En esa filosofía de paciencia en la elaboración, se le tiene que sumar el vértigo en ataque. La capacidad de tener orden en la construcción, se debe transformar en caos en ataque, para desordenar al rival. En ese rol encaja Sebastián Castillo, clásico extremo picante, con buen 1vs1, punzante y con gol. Contra Monagas marcó en el agregado por la virtud de pisar el área, para desviar un remate de Juan Luis Perdomo.

El cuadro litoralense logró ser líder de la Tabla Acumulada, sumó la Supercopa de Venezuela a sus vitrinas y aún se mantiene en pugna por clasificar a la final del Torneo Clausura. “Desde el inicio de la temporada hemos armado una linda familia y un buen grupo. No solo dentro de la cancha, sino también fuera. Tenemos una linda amistad y un buen ambiente. Todos nos ayudamos. Gracias a Dios, hemos conseguido la Supercopa y la clasificación a Libertadores. Todavía estamos en la pelea por la final. Vamos con fe y unión, porque el Deportivo La Guaira está para grandes cosas. En lo personal estoy feliz de pertenecer a un grupo como este”, dijo.

Sobre su rol en la pizarra de Tolisano indicó: “La Guaira es un equipo con mucha posesión y sostenimiento del balón. A veces tengo que tener un poco de paciencia, para que el balón me pueda llegar y ser yo. Poder encarar, que es una de mis virtudes. Me he adaptado para esperar y luego ser ese Sebastián Castillo desequilibrante y vertical”. En el pasado reciente ha tenido la labor de venir del banco para ser un electroshock en el juego. “En los últimos partidos he entrado cuando el encuentro está un poco apretado. Lo que me pide el profesor es que sea un revulsivo, que encare y le de vuelta a la situación”, analizó.

A lo largo de esta campaña, entre todas las competiciones, acumula 35 compromisos (1741 minutos), cinco goles y dos asistencias. Tanto de titular como de suplente ha marcado diferencias en este 2025. “Mi clave para cada vez que entre pueda ser un revulsivo son mis ganas de poder jugar y que al día siguiente pueda ser tomado en cuenta nuevamente. Cuando me toca ingresar, trato de dar lo mejor de mí para que el profesor (Tolisano) esté contento y sacar el partido adelante junto a mis compañeros, que juego a juego nos matamos para ganar”, reveló.

Otra joya de El Tigre

En el sur del estado Anzoátegui hay pozo petrolero, pero no da oro negro, sino grandes jugadores de fútbol. Sebastián Castillo es otro exponente de esta región del Oriente del país. Sin embargo, primero se dedicó a la disciplina del bate y la pelota. En el diamante nada encendió ese fuego sagrado que moviliza a los atletas hacia el éxito. Pero pateando balones descubrió su vocación y ha trazado una ruta desde Puerto La Cruz hasta el naranja.

“Mis inicios fueron en el béisbol, porque mi papá y mamá querían que lo jugara, porque mi tío era José Castillo, el “Hacha”, muy conocido en la Liga venezolana y uno de los mejores. Pero no era mi pasión. Soy de El Tigre, pero viajábamos a Puerto La Cruz, porque parte de la familia de mi mamá es de allá. Mi tío Francisco Marcano tenía una escuela que se llamaba Génesis Fútbol Club. Un día le faltaba un jugador y, sin nadie saber, me llevó. En ese juego hice tres goles. Mi tío le dijo a mi mamá que tenía talento y que lo mío era el fútbol”, rememoró. En El Tigre jugó en Libertad Socialista y luego en el Centro Cultural Español, donde hizo su formación como tal. En clubes profesionales inició en las categorías menores del Monagas. “Luego fui a Zamora, un club que me marcó mucho. Fui de menos a más. Aprendí muchas cosas y debuté como profesional con el profesor ‘Chita’ (Noel Sanvicente) ante Lara”, recordó.

De la “Furia Llanera” llegó al naranja. “Tengo que agradecerle mucho al Deportivo La Guaira, porque me dio la oportunidad y me hizo crecer muchísimo como profesional. En este club me ha ido espectacular y he cumplido muchas metas, como consolidarme en la plantilla profesional y hacer goles. Eso valió para que me vieran y jugar con la selección, el sueño de todo niño. Representar a mi país en la categoría sub-20 (…) Aquí contamos con las instalaciones del Santo Tomás de Aquino, que tiene una cancha espectacular y su gimnasio. Eso nos ayuda muchísimo”, afirmó.

En el litoral compartió con otro paisano oriental, que lo guio en este camino del balompié profesional. “Quiero mencionar a Gelmin Rivas, de quien aprendí muchísimo desde que llegué al Deportivo La Guaira. No está ahora, pero fue como un padre en el fútbol para mí. Me ha aconsejado muchísimo y ha estado conmigo en los momentos que no me ha ido bien. Espero hacer una carrera como la que hizo él, que es una persona extraordinaria”, aseveró.

Luchar hasta el final

Foto: Prensa Deportivo La Guaira

Los litoralenses suman siete unidades y en el horizonte tienen dos compromisos: Zamora y Academia Puerto Cabello. “Los partidos que quedan los jugaremos como una final. En los cruces ante Monagas hubo un gran cambio de actitud del equipo, por las ganas de llegar a una final y por tener esa espinita de los torneos pasados. Lo que reste lo vamos afrontar de la mejor manera, haciendo nuestro trabajo y luego que Dios se encargue del resto. Iremos con humildad y fe, porque este equipo se lo merece y sé que se nos dará”, comentó.

En cuanto a sus objetivos en el corto y mediano plazo concluyó: “Como todo jugador venezolano, quiero representar a mi país con la selección absoluta. Ese es uno de mis sueños. También deseo ser brillante y extraordinario en el extranjero. Quiero ayudar a mi familia, a mi mamá que es un pilar fundamental en mi vida. La amo y le agradezco lo que ha hecho por mí. Soy el Sebastián Castillo que soy por ella. Aún soy muy joven y tengo mucho por aprender y mejorar. Con el paso del tiempo y rodeado de gente de experiencia eso se dará”.

Sus regates son vida para el Deportivo La Guaira, entretenimiento para el espectador neutral y una visita al dentista para el zaguero rival. Con tan solo 20 años, su talento le augura un futuro prometedor. El revulsivo de La Guaira tiene credenciales para soñar con la Vinotinto y el fútbol en otras latitudes. Mientras esté en la Liga FUTVE se debe aprovechar de ver en campo su desequilibrio. / Luis Vilchez-Comunicaciones Liga FUTVE

 

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