Isaí Valladares, el ejemplo de que Zamora volvió a las raíces
Zamora dio otra muestra de lo fuerte que es en La Carolina al doblegar 2-0 al Deportivo La Guaira. En los dos goles estuvo involucrado Isaí Valladares, que fue elegido al XI Ideal de la Liga FUTVE en la Jornada 5 de la Fase Final del Torneo Clausura. El carrilero se ha ganado un lugar en el esquema de José María Morr. Pero su figura simboliza a una “Furia Llanera” que volvió a sus raíces, a los fundamentos que lo convirtieron en el equipo de la década pasada: apostar por el talento barinés con paso en sus canteras.
“Estoy muy contento. Sabemos lo que estaba pasando Zamora, que estuvo cerca de descender y lo que ha conllevado eso. Hemos hecho una buena labor para estar donde estamos y tener opciones aún de clasificar a la final del Torneo Clausura”, dijo. Sobre sus vivencias, indicó: “Estos dos años he tenido momentos de altos y bajos. Con Inter de Barinas iniciamos el Apertura 2024 de la mejor manera y terminamos el año fatal. Llegué a un Zamora que no estaba tan bien y ahora vamos bien encaminados. Son pasajes que he vivido al máximo. Disfruto por completo cada oportunidad que se me ha dado”.
El jugador es oriundo de Barrancas, el mismo pueblo de Pedro Ramírez. Ahí dio sus primeras patadas a un balón. “A los 12 años llegué a Zamora y estuve como hasta los 17, que tuve un inconveniente con un entrenador, porque tuve un problema de crecimiento. Se me complicaron las cosas y estuve retirado por un momento. Después llegué a Inter, me fue bien, pude entrenar con primera y recibí confianza del cuerpo técnico. Ahí firmé mi primer contrato”, rememoró. En este regreso al lado blanquinegro de Barinas comentó: “Mi mentalidad era poder demostrarle a los que no creyeron en mí que estaban equivocados. Pero vivo mi día a día con normalidad, tampoco lo tomé muy a pecho”.
Un nuevo rol en el fútbol
Durante todo su proceso formativo fue extremo, aunque Leonel Vielma lo probó de lateral y le fue bien. “El profesor (Morr) ha sido muy insistente conmigo, con los conceptos y lo que debo aprender a mejorar en los movimientos. Al comienzo me costó, porque siempre había sido más extremo que carrilero y se me dificultaba defender. Lo que más me indicaba es que debía atacar los espacios libres y realizar mi juego”, expuso. El barinés profundizó: “Lo que más me ayudó es que tengo buena llegada, buena capacidad de repetir esfuerzos y soy rápido, eso me dio ventaja. Pero por momentos se me complicaba pegarme bien a la raya, porque no me llegaba tanto la pelota y de forma inconsciente iba más hacia al medio. Ahí el profesor me corregía de forma continua”.
¿Cómo les vendieron la idea de la línea de tres en el fondo? “El entrenador (Morr) expresó su plan de juego y nos explicó el rol de cada uno. En el caso de los carrileros nos indicó todos los movimientos en defensa y ataque. Puso a Erickson Gallardo de ejemplo y me dijo que él me iba a indicar cómo era todo dentro del terreno de juego. Para ir aprendiendo de mejor forma. Si te fijas Gallardo comenzó de carrilero, pero su posición natural es más adelante. Entonces inicié viendo los movimientos que hacía, para identificarme con la posición”, reveló.
Sobre su vínculo con “Meteoro” expuso: “La relación entre nosotros es muy buena. Es uno de los grandes del plantel y lo veo como un ejemplo. Lo respeto y lo admiro. Dentro del campo nos va muy bien y tenemos un buen entendimiento”. Gallardo lo asistió ante La Guaira, pero la acción nace de una chilena genial del “Pistolero” Romero. “Con Romero siempre hay risas. Es un jugador diferente y trae alegría a la cancha. Es muy bueno”. De tres barineses nació el tanto para sellar el partido.
“Antes del primer gol del equipo, erré una oportunidad de cabeza y me desanimé un poco. Pero en la tarde había visualizado que iba a marcar, lo sentía, así que lo busqué. Luego en el tanto de (Sergio) Sulbarán, cuando le pego y se estrelló en el palo, me tiré en el piso, porque pensé que no iba a terminar en gol y ahí le cayó a Sulbarán para anotar. En el caso de mi gol, estaba en zona defensiva, ahí le cae el rebote a Romero y hace la chilena. Cuando veo que la recibe Gallardo, lo que hice fue correr, porque sabía que, si había un espacio libre, me la iba a dar. Fue así y aproveché la oportunidad”, reflexionó sobre su primer grito sagrado como blanquinegro.
La velocidad, una virtud reciente

Foto: Prensa Zamora FC
“Empecé a ser más rápido desde el pasado con Inter de Barinas, que estuve con un profesor, en un gimnasio, para hacer entrenamientos personalizados. Eso me ayudó mucho. He trabajado la potencia con pesas, fuerza máxima, fuerza explosiva y resistencia a la velocidad”, confesó el llanero. Esto lo ha llevado a consolidarse y renovar hasta 2027 con Zamora. “La directiva y el cuerpo técnico están muy contentos de contar conmigo. Me han dado la confianza y siempre me dan una palabra de ánimo. Estoy muy agradecido con ellos”, soltó.
En La Carolina cuentan con el apoyo de sus seres queridos, que lo han visto consolidarse. “Mi familia siempre ha colaborado mucho, mi mamá y mi papá siempre han estado ahí para mí”, declaró. Un recinto que es sinónimo de alegría para los Valladares y todos los zamoranos, porque en este semestre se ha vuelto un fortín, al registrar: siete victorias, un empate y una derrota. “Ahí tenemos un gran ambiente, a nuestra gente y la cancha, que es un poco pesada y a los rivales les cuesta bastante”, argumentó el barinés.
Aunque de pequeño no podía ir al estadio, por vivir lejos, en su etapa en categorías menores estuvo en varios compromisos como recogepelotas. El encuentro que más recuerda fue la final de vuelta por la estrella, en 2018. “Salí al campo a sostener la bandera del Lara en el himno y luego hice de recoge balones”, recordó. Ahora labra un camino para ser ejemplo de las nuevas generaciones. “En mi mente tengo mejorar día a día. Los profesores me aconsejan que lo mejor ahora es consolidarme en el equipo, para cada año ir evolucionando. Me centro en el día a día, el partido a partido, que el resto vendrá después”, aseveró Valladares.
En el inicio del año fue llamado por Ricardo Valiño para la Vinotinto. “Fui convocado al último módulo sub-20, previo al Sudamericano. Pensé que iba a quedar, pero no fue así. Lo asumí con naturalidad y seguí trabajando. El profesor (Morr) me dice que siempre lo recuerde, para motivarme”, cerró. El camino es ese para Zamora: formar talento de su región, consolidarlos y proyectarlos a la selección. En esa misma fórmula va de la mano con hacer La Carolina un feudo inexpugnable, que conlleve a la competitividad. Volver a beber de sus fuentes, los tiene soñando con volver a una final de liga desde ese 2018, cuando Valladares era un recogepelotas. / Luis Vilchez-Comunicaciones Liga FUTVE