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Antonio Romero: “Si pudiese hacer un contrato de por vida con Zamora, lo firmo sin pensarlo”

Cuando la ecuación suma “Zamora” con “Antonio Romero”, el resultado siempre es espectáculo. El “Pistolero” se ha cansado de tumbar la frase de Joaquín Sabina que reza: «Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver. Porque el tiempo no perdona, y lo que fue ya no es, por más que lo busques. Volver a ese sitio con la esperanza de revivir lo que sentiste es como querer atrapar el humo con las manos: imposible y frustrante». Cada vez que el delantero vuelve a su linda Barinas, florecen los goles y las asistencias. En un juego bravo contra Yaracuyanos, clave por la salvación, marcó una diana de tres puntos, en un encuentro acontecido por la expulsión de Tomás Diaz, al 44’, y la lesión de Joel Cáceres, cuando habían consumido todos los cambios.

“Para mí Zamora representa todo. Mi ciudad, sueños… Si pudiera hacer un contrato de por vida con este club, lo firmaría sin pensarlo dos veces. Es el único lugar donde me siento feliz, a gusto y tranquilo. Estoy con mi familia, en una zona donde siento paz”, expresó el artillero, que habla del club de su vida, como un poeta que rememora su primer amor. Más que un equipo de fútbol, el blanquinegro es el hilo conductor de la carrera de Romero.

En el pasado Torneo Apertura estuvo con Estudiantes de Mérida. “Las veces que me ha tocado salir de Barinas, me ha dejado anécdotas bonitas. Conozco compañeros nuevos y vuelvo a compartir con colegas que jugué en otros clubes. Mi ciclo en Mérida me deja un aprendizaje. Hice cuatro goles y en lo personal me sentí a gusto, no quedé en deuda con el club. Más allá de que los resultados no fueron los esperados. Disfruté mi pasantía ahí hasta donde pude, saqué provecho de lo que aprendí y mejoré”, comentó.

Ante los “Colosos de Sorte”, los llaneros dieron una muestra de carácter. “En lo personal sabía que ante Yaracuyanos iba a ser uno de los más difíciles, porque los equipos que están en la parte de abajo y les cuesta sumar de a tres, son los más complicados. Pero Zamora en La Carolina es bravo. Con un jugador menos supimos defendernos, que era lo que nos faltaba desde el arranque del campeonato. Estábamos en deuda en ese apartado”, reveló. El ariete acotó: “Fue un encuentro para afianzarnos defensivamente, agarrar confianza y ser sólidos. Uno de esos juegos que te llenan de confianza, ya que sumar de a tres te da seguridad. Al siguiente choque vamos con alegría y positivismo”.

La relación jugador-hincha

“Siento que los goles con Zamora me los disfruto muchísimo más, eso no es negociable. Siento el cariño de la gente y de la fanaticada. Cómo me quieren y me exigen. Esperan que a Antonio Romero le vaya bien y le aporte al equipo con su fútbol. Me llenan de mucha alegría, porque las anotaciones acá son las que más disfruto y he disfrutado. Dios me ha dado la dicha de que mucha fanaticada, en especial niños, gocen de mis tantos en la cancha. Me llena de orgullo”, soltó Romero. Sólo basta ver su celebración, un híbrido entre desahogo y éxtasis. Como si fuese un muchacho de la “Burra Brava”, pero dentro del terreno de juego. Ese sentimiento tiende un puente inquebrantable entre el futbolista y la fanaticada.

En sus objetivos tiene un aliado que su corazón también es blanquinegro. “(Erickson) Gallardo y yo nos sentimos queridos por la gente y la fanaticada. Estar juntos es como volver al pasado. Recordar lo que hemos hecho juntos en este equipo. En 2018 quedamos campeones del Apertura y ganamos la cuarta estrella. Siempre que regresamos, el equipo se muestra distinto. Cuando estamos en la cancha, los rivales nos respetan, porque saben lo que significan Gallardo y Romero para Zamora. Eso es bonito”, señaló.

El “Pistolero” ahondó: “En 2022, con Noel Sanvicente, tuvimos una campaña muy buena, aunque en la última fecha no llegamos a la final. Siempre es positivo cuando volvemos a jugar juntos, porque nos entendemos muy bien. En este 2025 compartimos de nuevo, con las mismas ganas y pasión por este club, queremos a Zamora y siempre pensamos en este escudo. Nuestro deseo es ayudar a la institución y cosechar lindas cosas juntos nuevamente. ¿Por qué no darle una quinta estrella?”.

Al mejor estilo de Florentino Ariza y Fermina Daza, en “Amor en los tiempos de cólera”, el sentimiento de Antonio Romero por la “Furia Llanera” no se marchita con el tiempo.  “Este es mi cuarto ciclo con Zamora y no tiene diferencias con los anteriores. Me lo vivo y lo disfruto al máximo como si recién llegara al club. La única diferencia que puede haber con el pasado es que ahora soy un jugador más maduro y con más experiencia. Lo más importante en la vida es ser feliz haciendo lo que te gusta y en el lugar que siempre has querido estar”, afirmó el delantero, con esa sabiduría que dan los años y superar  los tragos amargos.

El equipo de la década pasada ha vivido tiempos turbulentos, pero Romero mantiene izada la bandera de equipo grande en la Ciudad Marquesa. “El objetivo con Zamora es quedar campeón, eso está clarísimo. Es el deseo de todos los equipos. El que esté mejor preparado físicamente y mentalmente lo va a tener más cerca. Pero quiero darle una estrella más y seguir haciendo historia en la institución”, concluyó. Antonio Romero es Barinas y Barinas es Antonio Romero. Su matrimonio futbolístico con esa región y su club es indivisible. / Luis Vilchez-Comunicaciones Liga FUTVE

 

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