Liga FUTVE

Frankarlos Benítez transformó la adversidad en su fortaleza

El mito griego de Sísifo nos habla de un rey que es castigado por Zeus a subir una roca en una montaña empinada y cada vez que alcanzaba la cima, la piedra rodaba hacia abajo, lo que lo forzaba a iniciar de cero. La labor del guardameta en el fútbol es similar, no importa el pasado, sino la siguiente atajada. Como en su momento escribió Eduardo Galeano: “El portero siempre tiene la culpa. Y si no la tiene, paga lo mismo. Cuando un jugador cualquiera comete un penal, el castigado es él (…) Y cuando el equipo tiene una mala tarde, es él quien paga el pato, bajo una lluvia de pelotazos, expiando los pecados ajenos”. Una posición siempre bajo sospecha, en la que ha crecido Frankarlos Benítez (3-5-2004). El joven cancerbero ha logrado reponerse a la adversidad y ser el guardián de una portería pesada, la del Caracas Fútbol Club, con tres encuentros en el Torneo Apertura de la Liga FUTVE Banco de Venezuela.

El presente de Benítez es positivo con los avileños y en su más reciente presentación ante Estudiantes de Mérida sacó un arco en cero, con ocho atajadas incluidas. Esta fue su tercera valla inmaculada del curso, luego de las conseguidas ante Metropolitanos y Anzoátegui. Si se es más acucioso con la estadística, son cuatro encuentros consecutivos sin recoger el balón en su portería si se suma el último duelo de la temporada pasada, frente a Rayo Zuliano. “Es muy importante para mí saber que aporto mi granito de arena para mi equipo y mis compañeros. Esto es un trabajo en conjunto con la defensa y lo estamos haciendo muy bien. Aunque tenemos detalles que corregir, estamos contentos con esta labor”, soltó el cancerbero vía audios WhatsApp, el pasado fin de semana.

El oriental profundizó: “Para nosotros es primordial que no nos hagan goles, para tener más opciones de ganar los partidos. Esto solo comienza, nosotros en el día a día damos el 100 por ciento para que todo suceda”. Este buen rendimiento de los avileños va de la mano de un zaga que tienen en su centro a jugadores con trayectoria como Luis Mago, Brayan Rodríguez y Francisco La Mantía. “La manera en la que se desenvuelven en los partidos es demasiado importante y han tenido un rendimiento buenísimo. Me dan un apoyo crucial y me dan bastante seguridad. Se habla mucho de Frankarlos y los arcos en cero, pero también ha sido por la increíble labor de la pareja de centrales”.

El partido señalado en el calendario

La suspensión que arrastra Wuilker Faríñez, por una cartulina roja ante Atletico Mineiro, en la fase de grupos de la Libertadores 2024, le ceden el testigo a Benítez para ser el responsable de pararse entre los tres palos del Caracas, para el duelo ante los naranjas por la Fase 1 de la CONMEBOL Sudamericana. “El compromiso contra el Deportivo La Guaira es creo que el partido más importante del año, porque nos define la temporada. Nos jugamos mostrarnos individualmente y colectivamente en el plano internacional en un torneo tan importante. Me preparo mental y físicamente para llegar al 100 por ciento a ese compromiso, quiero ayudar a mis compañeros a lograr esa victoria”, comentó.

Esta no será la primera experiencia internacional de Benítez, ya que entró por Faríñez en ese encuentro ante Mineiro y jugó 90 minutos contra Peñarol, en la jornada 4 del torneo más importante de clubes de América. Aparte acumula ocho compromisos en Libertadores sub-20, en las ediciones de 2022 (mejor actuación de un elenco venezolano al llegar a semifinales) y 2023. Este será el estreno del cumanés en la CONMEBOL Sudamericana.

El paso por la Libertadores Sub-20 fue muy lindo, aunque no tengo los mejores recuerdos, ya que individualmente no me fue de la mejor manera y siento que quedé en deuda. En el caso de la absoluta, contra Mineiro siento que fue el comienzo de algo muy bonito, en lo individual, y lo he traído hasta ahora. Desde ese encuentro he crecido demasiado. Si bien el resultado fue un 4-0 en contra, pero si ves lo que hice fue un partido increíble”, reflexionó el canterano avileño. Ese día también realizó ocho atajadas.

Benítez: promesa del arco

Fotos: Prensa Caracas FC

Con solo 20 años tiene la tarea de proteger el arco del equipo con más títulos de Venezuela, en el plano internacional. El oriundo de Sucre creció en la cantera del Caracas y desde muy joven ha mostrado su potencial, al ganar múltiples títulos en inferiores y al enfundarse la casaca Vinotinto. “Mis virtudes como arquero son los reflejos, las atajadas a media distancia y muy buen juego con los pies. Estoy enfocado en mejorar mi juego aéreo y otros aspectos puntuales, que se corrigen con la práctica”, señaló. Aparte ha gozado de la confianza de Fernando Aristeguieta.

“Él (Aristeguieta) me pide que juegue más en corto. A mi me gusta mucho lanzar balones en largo, pero me solicitan que no lo haga tanto, porque tengo que saber diferenciar el momento de los partidos. Hay ocasiones donde debería jugar en corto y no lo hago. Poco a poco aprendo, visualizo y recibo ayuda de sus indicaciones. En el último encuentro contra Estudiantes de Mérida no lancé tantos balones y tuve más porcentajes de efectividad”, declaró Benítez. Este proceso de aprendizaje va de la mano con la pesada responsabilidad de ocupar el puesto, donde en otrora estuvieron: Alain Baroja, Javier Toyo, Renny Vega y César Baena, en el pasado reciente del elenco con más títulos en la Liga FUTVE Banco de Venezuela.

La presión se vive en el día a día. Sé muy bien la camiseta que llevo puesta. Represento al mejor equipo de Venezuela. Tienes a los aficionados que esperan bueno resultados. No es fácil llevarla, pero tampoco es difícil”, indicó el portero. Sobre su rutina soltó: “Trato de descansar y alimentarme bien, aparte no uso mucho el teléfono. Aunque no duermo lo suficiente, por la ansiedad el día antes, ya que empiezo a vivir el encuentro. Tomo duchas largas de agua calienta y escucho mucha música, en especial ´Condenado al éxito´ de Blessd”, reveló el cumanés.

Las dos caras de la moneda Vinotinto

Con la selección nacional participa desde la sub-15. Con el combinado patrio jugó el Torneo Maurice Revello, el Sudamericano sub-20 y el Preolímpico. El tema es que esa experiencia ha sido un laberinto de espejos, porque fueron momentos de autorreflexión, de cumplir una meta, pero sufrir críticas cáusticas.  “La Vinotinto es un sueño que he vivido por muchos años y que todo futbolista tiene de representar a su país. Me ha dejado vivencias increíbles y a la vez malas. He aprendido mucho de los errores y me han hecho tocar tierra. En el Preolímpico no me fue de lo mejor y no di todo lo que podía dar. En lo mental me sirvió para saber que tengo que seguir trabajando y que no todo lo que tengo es fácil”, indicó.

Benítez acotó: “Le doy gracias a Dios, porque siento que me puso esos obstáculos para aprender y ayudarme en lo psicológico. Fue un momento que toqué fondo, fondo, fondo. Caí en una depresión y la pasé muy mal. Eso me colaboró para hacerme mucho más fuerte de mente”. La Vinotinto y Caracas son cajas de resonancias para lo bueno y lo malo. Se hiperboliza todo. En época de redes sociales los mensajes no tardan en llegar y lo hacen sin ningún tipo de filtro. En ese torbellino, el guardameta se mantuvo firme como Sísifo. Tras cada fallo, volvió a subir la piedra. Aunque hubo pasajes oscuros.

La resiliencia, la atajada más importante

Fotos: Prensa Caracas FC

He tenido errores, como todos los jugadores. El tema es que en categorías menores es muy diferente a la primera división o con la selección, por la presión social. Yo era de cometer un error, empezar a llorar y maltratarme mentalmente, pero solo duraba dos días y volvía. La presión que viví en el Preolímpico no la había sentido antes y nunca había decaído tanto. Tenía a miles de venezolanos viendo los partidos y no me fue como esperaba”, confesó. El guardameta reveló: “Caí en una depresión fuerte. No quería saber de fútbol”.

La situación no mejoró, porque al regresar a la Liga FUTVE Banco de Venezuela, en un enfrentamiento contra Academia Puerto Cabello falló en un remate de Miku Fedor, que significó el 2-0. “En ese juego tuve otro error. Estaba mal mentalmente, regresó y me pasó eso… Me destruí mentalmente. No quería saber nada del fútbol, no quería saber nada de mi teléfono, no quería saber nada de mi familia, no quería saber nada de nada. Tenía problemas hasta con mi pareja. Pero luego de eso me volví a enfocar y retomar todo, con trabajos con psicólogos. En esta carrera que es corta y larga a la vez, se tienen muchos errores. El tema es como los manejes después. Ese aprendizaje me ha ayudado y he tenido un cambio muy drástico”, afirmó.

¿En los buenos momentos cómo se maneja el halago? “Después de un partido como contra Estudiantes de Mérida mantengo los pies en la tierra, porque sé que en cualquier momento puedo tener un mal partido. Estoy muy fuerte mentalmente. Veo mis fallos, corrijo y paso página. Antes me afectaba lo que leía en redes sociales. Incluso desaparecí de ahí y no tenía ninguna. Solo hablaba con mi familia por WhatsApp. Ahora las chequeo. Sí señalan un error, veo el partido y trabajo para corregirlo. Si es mentira, paso de esa crítica. No me afecta lo que digan”, reflexionó el portero.

De “5” a ponerse los guantes

Como la mayoría de los niños en Venezuela, sus inicios en el deporte fueron en el béisbol. Aunque siempre jugaba fútbol en su barrio, Fe y Alegría de Cumaná. El país sumó a un portero prometedor cuando Benítez le dijo a su padre que no quería jugar más en un diamante, sino en un rectángulo. Aunque el cambio de guantes tuvo una escala en el bombo central del campo, porque jugó de volante “5”, en el equipo Manzanares. Luego se marchó a Puerto La Cruz a reforzar el equipo del señor Jesús Yendis, en torneos tanto de fútbol sala como de campo. Ahí hacía las labores de mediocampista y de arquero. Hasta que un momento pegó el estirón y se determinó que seguiría en la posición más prolífica de la tierra de Bolívar.

Un torneo en Valencia, a donde fue como refuerzo de Nueva Cádiz de Cumaná le valió para brillar. “Individualmente me fue buenísimo. Un señor se acercó a mi familia, me dijo que quería representar y me llevó al Caracas cuando iba a cumplir 13 años. Ese paso por la cantera roja fue lo mejor que he vivido. Desde la sub-14 siempre fue competitivo, quedé campeón tres veces seguidas (sub-17, sub-19 y sub-20). Ahora sueño con hacerlo con el primer equipo. Este 2025 puedo cumplir la meta de salir al exterior y jugar en un equipo top de Latinoamérica o Europa”, dijo.

Hermandad con tu ídolo

Fotos: Prensa Caracas FC

Cuando llegué al Caracas, Wuilker (Faríñez) se había ido el año anterior a Millonarios. Lo conocía por televisión y sus logros. Desde pequeño lo veía arquear y siempre fue mi ídolo. Mi sueño era conocerlo. Aquí siempre hablaban de Wuilker y estaba molesto porque había llegado tarde para compartir con él”, manifestó. De tenerlo como referente distante, ahora comparte con él en cada entrenamiento y luchan por un puesto en la titularidad.

Conocerlo fue un sueño hecho realidad y es una excelente persona. Me llevo muy bien con él y, poco a poco, se ha convertido en un hermano para mí. Me ha ayudado mucho y aprendo bastante de él en cada práctica. Tenemos una competencia bonita y me fijo mucho en su juego e intensidad. También me apoya cuando juego. Conectamos bastante. Aparte me dio consejos en lo psicológico y habló mucho conmigo de aspectos puntuales. Trato de estar a su altura, porque todos sabemos su trayectoria. Quisiera lograr lo que ha hecho Wuilker: representar a la Vinotinto absoluta y jugar en el extranjero”, cerró Benítez. Tan solo 20 años, aún quedan muchos días de subir la piedra a la cima de la colina, para que cuando baje, vuelva a hacerlo. Constancia y aprendizaje, las claves para ser un portero de exportación, pero primero buscará hacerse un nombre en la Liga FUTVE Banco de Venezuela. / Luis Vilchez

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