Juan Camilo Pérez le suma gol a su buen rendimiento con Carabobo
En el carril izquierdo del Carabobo se ha consolidado Juan Camilo Pérez. Más de 100 partidos con el granate, la gran mayoría desde el pitazo inicial. ¿Volante, lateral o extremo? Es difícil encasillar al caraqueño en una sola demarcación. La polivalencia es una de las virtudes del “Motorcito”. Dinámica, duelos, buen pie e inteligencia táctica son otros adjetivos que calzan con su juego. Pero recientemente ha sumado la estadística más importante en el fútbol: el gol. La versión de Pérez bajo la tutela de Daniel Farías promete ser la que mejores números exhiba y genera expectativas en lo que resta de la Liga FUTVE Banco de Venezuela 2025.
“Es algo que le faltaba a mi juego. Personas cercanas a mí me lo habían dicho. Al momento de evaluarme y hacer autocrítica sabía que para mejorar y ser más completo necesitaba esas características de hacer números. Desde que llegó el profesor Daniel (Farías) me inculcó eso en la mente y que esta temporada tenía que trazarme como objetivo hacer goles. En cinco partidos que nos ha dirigido, llevo dos. Eso es importante y positivo”, analizó Pérez, quien se pone como cuota mínima cinco dianas.
¿Por dónde pasa este cambio? “El secreto, lógicamente, está en patear el arco y atreverme. Siento que a veces hacía una de más o daba un último pase, a veces tengo que ser más individual y patear. Pisar el área es parte de mi juego y es importante, porque vengo de atrás y es difícil que la defensa te agarre, porque caes de sorpresa”, indicó. En su tanto contra Academia Puerto Cabello se vio reflejado, al marcarle una diagonal a Gustavo González y llegar a zona de definición.
“Cuando veo ese tanto me alegro mucho, porque fue un golazo. No solo por mi control orientado, sino por el pase y la secuencia de pases. Cuando venía en el aire pensé en patear de primera, pero decido hacer el control porque no me quedó tanto para la zurda, sino como más centrado. Ahí la bajo con el borde interno y mi control fue excelente para hacer el golpe, en la carrera. En el área donde hay poco espacio y el tiempo vuelta”, analizó sobre su diana en el derbi carabobeño.
Polivalente desde la formación

Foto: José Pablo Lobo (Prensa Liga FUTVE)
Sus primeros pasos fueron como extremo en el colegio Santa Rosa de Lima. “Fui goleador, recuerdo que en ese torneo hice 17 goles y luego salto a la UCV, donde sigo como extremo o enganche, pero en la academia Franco Rizzi es cuando me ponen de lateral”, rememoró Pérez. “No estaba acostumbrado y de pequeño te pega más, porque todos quieren estar arriba y hacer goles. Todo eso me ayudó, porque al sol de hoy hay muchos momentos en mi carrera que he jugado varias posiciones y me he adaptado. Sé qué hacer en cada una, lo que es positivo y le sumamos el factor de que soy zurdo”, anexó.
El “Motorcito” Pérez es un producto del fútbol colegial capitalino, en primera instancia. Inicié en la Liga Hermanos Calvo con Santa Rosa de Lima. Su buen rendimiento lo hizo dar el salto a UCV, donde disputó la Liga Colegial y la César Del Vecchio, donde subió el nivel de la competencia. En un torneo de la Academia Emeritense Cup se enfrentaron a Talentos Franco Rizzi y cayeron 5-1. Ahí sus padres quedaron impresionados por el estilo de juego a ras de suelo, la técnica, los controles orientados, aparte de la figura del entrenador tranquilo en la raya. Hace sus pruebas y quedó. “Me forman de verdad y aprendo mucho de Franco”, aseveró el volante. Ahí jugó nacionales y Liga Colegial. Hasta dar su siguiente paso con el San Agustín del Paraíso, de la mano de Enrique García, que lo conoció en la selección de Distrito Capital. Varios entrenadores de ese colegio estaban con Atlético Venezuela y ahí se dio su vínculo con el cuadro nacional.
Con Atlético inició en la sub-16 y estuvo un largo rato. Hizo la escalera sub-18, sub-20, filial (categoría de plata) y primera división, de la mano de José Hernández. También fue pupilo de Enrique Maggiolo y Manolo Contreras. Tras unos cuantos años en el elenco azul, hace unas pruebas con el filial del Lugo (España) y luego trata de sacarse una visa de estudios. Tras no concretar ninguna, se puso a entrenar con Deportivo La Guaira, que el filial era comandado por Maggiolo. “Una mención especial para él, porque ha sido un entrenador muy importante en mi carrera y le agradezco mucho”, soltó Pérez sobre el estratega. El gerente de ese momento, Luis Ángel Sánchez siempre le dejó la puerta abierta por si no concretaba nada afuera.
A las pocas semanas de quedarse, llega Daniel Farías. “Recuerdo que fue a ver un partido del filial, él estaba en su camioneta. Ese encuentro lo ganamos, me fue excelente e hice gol. El lunes que él tomó los entrenamientos, decide subirme. Siempre se ha caracterizado por potenciar a los jóvenes. Empiezo las prácticas con él y debutó en Copa Libertadores (vs Real Garcilaso)”, expuso Pérez. Quedó libre y va al Deportivo Petare en la categoría de plata. “En Segunda División me fue excelente, lástima que llegó la pandemia y el equipo no quiso salir”, confesó. Al siguiente año recibió el llamado de un viejo conocido: Maggiolo. “Cuando tomó Carabobo me llamó y me dijo: ‘Mi primer fichaje vas a ser tú’. Era lo que buscaba, una oportunidad de mostrarme en primera”, anexó sobre lo que requería su trayectoria, espacio en la Liga FUTVE Banco de Venezuela.
Un largo invierno para Pérez
El llamado del Viejo Continente llegó de un país mundialista y semifinalista de la Eurocopa, pero exótico: Islandia. A su puerta tocó el Breidablik. “Me sorprendió un poco, no conocía mucho sobre ese país y menos en lo futbolístico. Con mi esposa nos pusimos a ver videos y de la cultura. La verdad que todo fue muy lindo y lo observamos en Internet, lo vimos en persona. Una isla bella, pero el invierno es terrible. Es un frío que no puedes ni caminar. A las dos cuadras te congelas [risas]”, develó.
Sobre ese ciclo reflexionó: “Estoy muy agradecido por esa experiencia, porque siento que fue algo muy positivo en la vida, a pesar de la lesión. Todo pasa por algo. En lo personal estoy agradecido con Breidablik, para mí el mejor club de ese país. Ese año quedó campeón de la liga y pasaron a la fase previa de la Conference League. Si bien siento que la liga es inferior a la de Venezuela, porque acá todos los equipos son parejos y competitivos. Allá son tres lo que marcan la diferencia al resto. En Breidablik me encontré con gente sería, tenían su complejo, con gimnasio y dos canchas, todas de grama artificial por el clima”.
No era casualidad su presencia allá. “Me llamó la atención el proyecto que tenían conmigo, era un contrato de dos años con opción a un tercero. En el pasado habían contado con varios jugadores jóvenes que habían salido a otros países mejor posicionados como Dinamarca y Noruega. En lo personal quería probar algo diferente y venía de quedar libre, me había ido bien y fui un jugador revelación con Carabobo. Iban a Conference League y el entrenador había hecho una videollamada conmigo y todo”, relató.
Todo parecía ir viento en popa, pero en la pretemporada, que realizaron en Portugal, por lo crudo del invierno, se lesionó el ligamento cruzado. “En el último partido cuando nos íbamos para Islandia, porque el torneo arranca en abril y termina en noviembre. La lesión se dio en un amistoso cuando trotaba solo. Cuando las cosas tienen que pasar suceden. No tenía conocimiento de la lesión y aprendí. Esa experiencia me ayudó a ser quién soy, porque me dio mucha madurez y fortaleza mental. El nunca desistir, porque otra persona podría entrar en depresión”, aseveró.
El exceso de tranquilidad y un clima donde la mayoría del tiempo está nublado, incluso tienes que tomar vitamina D, puede afectar a la parte psicológica. “Son seis meses de invierno y otros seis de sol, pero el rayo de sol fuerte como estamos acostumbrados es de una hora y media. Anochecía temprano y todo era muy frío. Era el único extranjero del equipo, me comunicaba en inglés, pero de resto hablaban islandés. Pero insisto que el trato fue excelente. Vivía a cinco minutos del complejo en Kopavogur, la segunda ciudad de importancia después de la capital Reykjavík”, puntualizó. Allá conoció a Jesús Yendis y otro paisano venezolano que tenía años allá. “Había un kiosco que vendía Harina Pan, Flips, Malta y así. En ese momento dije incluso hasta acá llegamos [risas]”, soltó Pérez.
Aunque el balance personal fue positivo. “La verdad me gustó mucho. Era todo muy pequeño y muy acogedor. Todo tranquilo. Es un país con muchas bellezas naturales, como de películas con sus casitas y montañas. Cuando supe que regresaba aproveché para recorrer lo más que pude del país. Una vez saliendo de un supermercado vi una parte de una aurora boreal”, redondeó.
Efecto mariposa

Foto: José Pablo Lobo (Prensa Liga FUTVE)
En otrora se hubiese encasillado a Juan Camilo Pérez en el rol de enganche y jugador técnico. El apodo de “Motorcito” no casaría con su versión anterior. Pero todo se modificó en 2021. “Cuando veo hacia atrás no es que haya cambiado, sino que he mejorado. Soy más completo y me asombro cómo me he adaptado para bien. Siento que arranca en ese primer año en Carabobo que hacía de extremo y de ‘10’, pero en un partido en el Farid Richa, contra Yaracuyanos, donde expulsaron a Leopoldo Durán, que era el lateral izquierdo. Maggiolo me conocía bien, no había laterales en la banca y me pasó para atrás”, declaró.
Luego de esa roja, se dio un efecto mariposa y todo cambió. “Me recuerdo a la perfección de ese partido, porque me fue excelente, con mucho ida y vuelta. Arrancaba con potencia desde atrás y tenía espacio para ir hacia adelante. Luego me usaron ahí, dependiendo del rival y lo que el equipo necesitaba. Pero tenía total libertad para el traslado de la pelota y dar buena salida. Siento que desde ese punto soy un jugador más completo, mejor físicamente y con más opciones, que aún mantenía la buena técnica y el drible”, aseveró.
Su versatilidad le permite aplicar lo mejor de cada aprendizaje en diferentes roles. “Es un tema táctico y depende de dónde partes. Siempre he tenido claro lo que me corresponde en ese sector izquierdo. Tácticamente me considero muy bueno y aprendo rápido las indicaciones que el entrenador me pida. Saco ventaja desde lo mental, en cómo ubicarme y parame. Si estoy de lateral, sé que, si la pelota está del otro lado, debo cerrarme un poco. Soy bueno en los duelos y me gusta jugarme los mano a mano. Aparte un lateral zurdo, que fue extremo y volante, tiene la ventaja de ser más técnico y manejar los controles”, reflexionó.
En su análisis ahondó: “La mayoría de los extremos de la Liga no saben marcar, porque por algo son atacantes. Te van a marcar en velocidad. Si lo conoces y te va a marcar a la carrera, con un control orientado, un amague o una pared te lo puedes sacar de encima. Ahí sacas otra ventaja. Mientras que de volante mixto tengo esa capacidad física para el ida y vuelta, parte de lo técnico-táctico. Aparte tengo movilidad y verticalidad, entonces esa movilidad se me hace fácil. Mientras que el profesor Farías me comentó que me podía usar de extremo, que lo hacía hace muchos años y tengo buenos centros”.
El mediocampo del granate
“Lo respondí en la rueda de prensa. No es con soberbia ni exceso de confianza, sino siempre con humildad y sinceridad, creo que somos el mejor mediocampo. Somos tres jugadores con cualidades positivas y que nos complementamos. Matías (Núñez) es un volante que su mejor característica es con la pelota, te da muy buena salida. No digo que sin balón sea malo, solo que esa es más su habilidad. Gustavo es más de creación, un volante ‘5’ con muy buena salida. En mi caso soy más de ida y vuelta, técnico y táctico”, desmenuzó de la zona medular del Carabobo.
El capitalino señaló: “Si sacas la cuenta de las características de cada uno, con la pelota somos muy buenos. Fácilmente cualquiera te puede hacer de ‘5’, de ‘8’ o de ‘10’, porque tenemos muy buena salida, técnica y pase, tanto en corto como hacia adelante. Aparte cubrimos bien el balón y sabemos usar el cuerpo”. En su exposición añadió: “Sin pelota los tres somos inteligentes y tácticos. Uno tiene más intensidad que otro, pero nos complementamos muy bien. Capaz lo que le falta a uno, lo tiene el otro. No hace falta ni hablar mucho, porque cuando tú eres bueno y te juntas con alguien que te potencia más, sabes a dónde tienes que ir con una sola mirada”.
Esos conceptos se reflejan en su último tanto. “Por eso en el gol no tuve que levantarle la mano a Gustavo, ni gritarle ni silbarle ni nada. Sabía que me la iba a pasar. Eso lo hacemos de manera natural y lo importante es que cada uno sabe la función que tiene que cumplir. Tampoco hay egos, eso es importante. Jugamos para el otro, sabemos que eso nos va a potenciar a cada uno y al equipo. Tácticamente sentimos que somos muy bueno”, afirmó.
El sello de Daniel Farías

Foto: José Pablo Lobo (Prensa Liga FUTVE)
“Al profesor Daniel Farías le agradezco la confianza que ha plasmado en mí desde el primer día en el equipo. Me dijo que todo lo que aporto es excelente, pero que se puede potenciar más con números. Si piso el área y pateo más, tengo más probabilidad de hacer gol. Eso estamos buscando. También de dar asistencias. Eso es lo que me ha pedido primordialmente. Gracias a Dios vamos por buen camino”, indicó Pérez, que en lo individual busca cinco goles y tres asistencias, mientras que en lo grupal bordar la estrella.
En colectivo se ven los cambios que ha introducido en la pizarra granate. “El 4-3-3 es el sistema que tenemos desde hace año y medio, pero si te das cuenta en lo táctico hay cosas diferentes a lo que se venía haciendo. Tortolero sin pelota se centralizaba y marcaba la salida de uno de los dos volantes cinco. Con balón atacaba a las espaldas de esos volantes, ese carril lo ocupaba ‘Pepe’ (Pernía) o yo. En mi gol hago ese rol, que arranco desde atrás como extremo, ataco el intervalo entre central y lateral. Mientras que a los extremos les pidió que no bajaran a marcar a los carrileros, porque ellos hicieron línea de cinco. Para que no corrieran hacia atrás, que los laterales se jugaran los mano a manos con ellos porque eran muy buenos para jugarse los duelos defensivos. Así los extremos tienen oxígeno para atacar y tener superioridad con Gustavo y conmigo. Éramos cinco para pisar el área y tener más probabilidad de marcar”, analizó con detalle el derbi.
La otra indicación de Farías en ese choque fue: “En la mitad del campo nos dijo que era clave ganar las segundas pelotas y adueñarnos de esa zona. Muchas pelotas que perdimos se presionaron ahí mismo u orientamos la presión de una. Esa presión tras pérdida dio resultado. En los primeros minutos tuvimos varios saques de esquina y fuimos incisivos. Matías siempre estuvo cerca de los centrales para ayudar porque tiene dos ‘9s’ muy buenos. Son todos detalles del cuerpo técnico de Daniel que son diferentes y es el mismo esquema”.
El cuadro de Valencia ha pasado de ser un elenco que se le resistían las finales a ser un cuadro candidato. Pérez ha vivido esa metamorfosis como protagonista. “Estoy agradecido de coincidir en la etapa que el club cambió su historia y la sigue cambiando. Aún podemos lograr muchas cosas más. Se logró ganar el Torneo Apertura e ir a una fase de grupos de Copa Libertadores -Con Diego Merino como DT-. Falta la estrella. Vamos por muy buen camino. Hemos sumado personas ganadoras, que lo han hecho en el pasado y se adaptan a la metodología del club. No es solo competir por competir, sino ganar”, remarcó.
El “Motorcito” concluyó: “El que llega a Carabobo sabe que es un equipo para estar siempre primero y ganar. Es importante tener esa mentalidad”. El polivalente jugador capitalino ha destacado en las últimas campañas de la Liga FUTVE Banco de Venezuela por todo su despliegue, técnica y lectura táctica. Pero ahora ha dado un paso adelante al aderezar todas sus virtudes con gol. Una herramienta más para los industriales en su objetivo de subir al Olimpo. / Luis Vilchez