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Yohandry Orozco reparte su magia y experiencia con Carabobo

Uno de los fichajes que sacudieron el mercado fue la llegada de Yohandry Orozco al Carabobo Fútbol Club. Su última etapa en Venezuela fue en 2017 con Zulia. Tras un largo periplo por Colombia (Tolima, Independiente Santa Fe y Junior), donde tocó metal, aparte de un par de escalas en México y Malasia, su experiencia se mezcla con su talento. La “Perla” no ha perdido brillo a sus 34 años y en una muestra pequeña con el granate ha demostrado que su aspiración de entrar en la órbita de la selección tiene asidero. En cuatro partidos, entre Liga FUTVE Banco de Venezuela y Copa Venezuela, suma dos goles y una asistencia.

Es una sensación muy bonita volver al fútbol en donde uno se crió. Este deporte te va enseñando muchas cosas con el transcurso de los años. Las experiencias fuera de Venezuela se las puedes transmitir a los chamos que vienen más atrás. Ese camino te da confianza y te sirve para demostrarle a los niños que ser futbolista no es fácil. Hay que trabajar con disciplina”, explicó Orozco. El enganche comentó: “Me siento contento en Carabobo, que me han aportado ese granito de arena con su confianza y al creer en mí. También he tenido mucho apoyo del fanático, que me inspira ponerme con corazón esta camiseta y sudarla. Quiero dejar una huella dentro y fuera del terreno de juego”.

Sin vinculación previa con el club o la región. Su pasado fue en equipos zulianos (UAM y Zulia) y Deportivo Táchira. Sin embargo su talento es trasversal. Al mejor estilo del flautista de Hamelín tiene a la feligresía granate a sus pies. Su debut con gol fue la primera melodía. “Uno tiene que tener convicción en lo que puedes hacer. Lo que he logrado es gracias al trabajo que realicé desde hace mucho tiempo atrás. Estaba parado, pero me seguí entrenando, ya que no tenía club desde el 19 de abril. Practicaba solo y era difícil. Mis características son el físico y ese don que Dios me ha dado, que no lo he perdido. Con mi talento puedo demostrar en este fútbol y hacer un buen juego en el granate”, relató sobre su rápida adaptación.

Orozco: aliado desde el banquillo

Foto: Prensa Carabobo FC

Carabobo ha mutado de la versión de Diego Merino de orden táctico, verticalidad y un bloque medio, para un modelo que se planta más arriba en el campo, presiona más alto y suma más posesión, con Daniel Farías en el banquillo. En medio de esa transición se da la llegada de la “Perla”, que fluye como un verso suelto. Un compensador de las jugadas. Su labor es depurar las acciones y hacer mejores a sus compañeros. A veces el vértigo hace que los pases vayan con ruido, pero con Orozco cada toque va con música. Eso va de la mano de un DT que no lo encasilla en una partitura y le permite improvisar.

Todo es confianza y dedicación. Cuando vas a un equipo nuevo, hay otros planteamientos o formaciones, puede costar la adaptación, pero a veces no. El profesor Daniel Farías me ha puesto donde sabe que puedo hacer daño y demostrar mi juego en el equipo”, indicó. El zuliano es un especialista en deslizarse por el campo, como si fuese una pista de hielo, para recibir solo. “Uno por experiencia estudia el rival. Siempre lo he hecho. De esta forma saber dónde están sus debilidades y detectar por dónde uno puede entrarles, definir dónde hacerles daño y ahí encontrar los espacios”, confesó.

La agilidad mental es la joya de la corona en su estilo. Lo combina con una técnica depurada para ser incontrolable. “Mi fuerte es jugar de primera. Así es imposible que el rival te quite la pelota. Con uno o dos toques es muy difícil para el adversario. Si la retienes mucho tiempo en los pies se pueden armar defensivamente. Busco atacar los espacios recibiendo a las espaldas de los volantes y dando pases que rompan líneas. Mi fortaleza es dar asistencias a los delanteros o a cualquier compañero que pique al espacio”, aseveró.

Predicar con el ejemplo

Foto: Prensa Carabobo FC

Un ex compañero en UAM, en ese Mundial sub-20 de Egipto y la Vinotinto adulta es Yonathan Del Valle, con quien volverá a compartir en Valencia. “Somos dos tipos con experiencia y tenemos que traerla a acá, al Carabobo. Todos los muchachos saben de nuestro recorrido fuera del país y nos conocen. Eso será importante para ellos y están contentos con nuestra llegada. Todos tenemos que remar en la misma dirección para lograr lo que queremos”, declaró. Su rol es brindar espectáculo los fines de semana, pero en el día a día es un mentor de las jóvenes camadas. Campeón en Colombia y jugador de Bundesliga, son credenciales que no abundan por las calles de la Liga FUTVE Banco de Venezuela, ni en la historia de las plantillas granates.

Tras su debut ante Yaracuyanos confesó que piensa en retornar a la Vinotinto como gran anhelo. “Mi prioridad es enfocarme en Carabobo. Hacer un buen torneo, tener grandes partidos y lograr la estrella. Para luego esperar que se de el llamado. Todo jugador quiere sudar la camisa de la selección y son pocos los privilegiados que están ahí. Me trabajo duro día a día para conseguir objetivos importantes con el granate, que luego llegará la oportunidad”, analizó. Su última convocatoria fue para la última doble fecha del camino a Rusia 2018. En aquel momento vestía la camisa del Zulia.

En un mercado en el que llegaron: Darwin Machís, Yordan Osorio, Adalberto Peñaranda, Luis “Cariaco” González y Yonathan Del Valle. ¿Orozco desencadenó un efecto dominó? “No me imaginaba que este iba a ser el momento de regresar, pero Dios es el que sabe el propósito de cada uno de nosotros. Vengo con la intención de demostrar mi fútbol y sé que con un buen torneo puedo salir al extranjero. Mi mentalidad es ganadora. Pero no lo veo de esa forma de ser él que abrió el mercado. Si no de que es positivo para los jugadores, para la Liga FUTVE y el fútbol venezolano en general nuestro regreso, para que siga avanzando y ayudar a toda esa gran cantidad de talento joven que hay en Venezuela. Ellos tienen que trabajar duro para conseguir recorrer nuestro camino y que sean mejores. Nuestro rol es alentarlos para que tengan un buen futuro en sus vidas”, concluyó.

Esa transición de una formación testudo, como las legiones romana,s a una estructura más líquida, el punto de encuentro es Yohandry Orozco, que juega de Yohandry, como dijo Daniel Farías en rueda de prensa. Para que el genio zuliano frote la lámpara no se le puede encasillar en un lugar de la cancha como si fuera un tablero de ajedrez. Su calidad le da la licencia de flotar, compensar movimientos y mover los hilos. Esa genialidad va de la mano con la madurez que dan los años afuera. Mentor en el camerino y mago en el terreno. Su regreso es un ganar-ganar para Carabobo, la Liga FUTVE Banco de Venezuela y los espectadores. / Luis Vilchez

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