
Carlos Calzadilla, el camaleónico jugador del Deportivo Táchira
Si algún día, estimado lector, participa en “¿Quién quiere ser millonario?” y Eladio Lárez le pregunta: ¿Qué posición juega Carlos Calzadilla? Entre las cuatro opciones, la respuesta correcta es la “D”, la que reza: “Todas las anteriores”. Al camaleónico futbolista solo le ha faltado pedirle los guantes a Jesús Camargo y pararse debajo de los tres postes. Suena a hipérbole, pero el tachirense ha defendido la casaca aurinegra en un sinfín de demarcaciones, lo que complica encasillarlo en un puesto. En el encuentro pasado los reflectores se posaron sobre su figura tras anotar un doblete ante Yaracuyanos. Pero en silencio ha construido un camino soñado para cualquier futbolista atigrado: alzar tres estrellas.
“Mi balance en este Torneo Apertura ha sido ascendente. Con el transcurrir de los partidos he tomado más confianza. Mis compañeros me han cobijado bien y eso es fundamental. Es clave sumar minutos de forma significativa como he hecho. Estoy agradecido con las personas que han confiado en mi proceso”, comentó el canterano. Esta campaña suma ocho compromisos en el primer semestre de la Liga FUTVE Banco de Venezuela (429 minutos) y un par de dianas. El curso está cerca de llegar a su ecuador, pero el volante ya superó su temporada con mayor cantidad de minutos que fue el año pasado con 366 minutos.
Su camino en Táchira ha sido con pasos firmes. Desde su debut en noviembre de 2020 de la mano de Juan Domingo Tolisano. Pasaron Alex Pallarés, Eduardo Saragó y ahora Edgar Fernando Pérez Greco. Con todos tuvo acción. Calzadilla tiene la ventaja de conocer el entorno aurinegro. Es de la casa y se formó desde joven en la cantera. Eso le permite internalizar lo que representa la presión y el peso de la historia en uno de los clubes con mayor nivel de exigencia del país.
“Es importantísimo ese paso por inferiores. Ahí empieza ese amor por este escudo y los colores, a defender esta camiseta. Se te enseña a siempre ganar, pelear por algo y tener un buen rendimiento. Táchira no te deja margen de error o en tal caso es mínimo. En lo personal asumo esa responsabilidad como tachirense”, indicó. El mediocampista acotó: “Llegué en 2011 y la presión ya es algo natural acá. La gente siempre te va a pedir más y más. En las categorías formativas te enseñan a llevar esa situación. Aprendes a tener afecto por la victoria y molestarte si pierdes. Te tienes que acostumbrar a ganar sí o sí”.
Darwinismo futbolístico

Foto: Prensa Deportivo Táchira
«No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio«, pregonaba Charles Darwin en su teoría de la evolución por selección natural. Calzadilla se ha consolidado en Táchira por su capacidad de encajar en diferentes posiciones. “He tenido bastante polivalencia en transcurrir como jugador profesional y he cumplido en la mayoría de posiciones en partidos oficiales. He tenido la destreza de poder asumir el rol de defensa, de lateral, mediocampista, extremo, incluso una fecha fui delantero. Le doy gracias a Dios por tener esa virtud de cumplir en la demarcación que me corresponda”, afirmó.
Esto le ha permitido saber vestirse de las diferentes posiciones que por circunstancias del juego a veces tiene que ocupar. Al no ser un futbolín, los jugadores fluyen en el terreno con respecto a la ubicación del balón y del rival. Ahí tiene un paso adelante Calzadilla por sus vivencias. “Empecé la fase defensiva en 2022. Vi muchos vídeos y me asesoraba con amigos que habían jugado en la posición, incluso compañeros mayores que habían pasado por el club. Tomé datos para interpretar esa posición. Aparte una de mis características es la velocidad, que me permite resolver muchas cosas. Puede no conocer mucho la posición, pero si eres veloz, tiene un plus”, refrendó.
El tachirense declaró: “Luego de un largo periodo que estuve como defensa, me toca asumir otra responsabilidad como volante ‘5’, donde me siento cómodo. Apliqué la misma fórmula, hablé con compañeros como Maurice (Cova) y Diomar (Diaz), para tomar datos. También con amigos que pasaron por el club. Toda esa información recopilada ha sido los pilares fundamentales para lo que es hoy en día Carlos Calzadilla”.
En ese baile de posiciones, ¿Qué le pide Pérez Greco? “La palabra que el profesor siempre usa conmigo es orden. Por mis características soy mucho de ir y aparte tengo fondo físico. Si tengo la oportunidad y la libertad me lanzo al ataque y luego regreso a cumplir. Si se presenta la situación, voy a ir al frente. Pero si el profesor me pide que mantenga el orden y el equilibrio, me toca asumir ese rol”, comentó. Esa capacidad de pisar el área se vio en sus dos goles contra Yaracuyanos, sus primeros en la Liga FUTVE Banco de Venezuela.
La vena deportiva de Calzadilla

Foto: Prensa Deportivo Táchira
La práctica de deportes en la familia de Carlos Calzadilla es habitual. “Ellos siempre han sido muy activos. Hacían coleo y voleibol. Tengo un tío con récord de 100 metros planos en el estado. Mientras que mi papá practicaba atletismo. Constantemente han estado activos en ejercitarse”, señaló. En el caso de su esposa, practica softball y se ha unido a la tendencia del pádel. Así que ser un atleta es una tradición de casa.
“El apoyo familiar es fundamental. No hay nada más bonito que estar haciendo lo que te gusta, levantar la mirada y que estén tus seres queridos dándote fuerza. Es muy satisfactoria y no se cambia por nada, tampoco se compra con dinero”, relató. Una de esas piezas claves ha sido su progenitor. “Mi papá ha sido muy constante con su apoyo y estaba obsesionado en que surgiera. No me dejaba salir a fiestas y me puso ciertas restricciones que hoy le agradezco, porque era muy fácil descarrilarte, dejar todo a un lado por amistades y rumbas. Tengo ese soporte de mi padre, de mi mamá desde otro plano, que sé que sigue apoyándome. De mi esposa y mi hijo que están orgullosos. Sé que cuento con ellos en cada situación de mi vida”, reveló.
Esta historia de apoyo familiar inició en el Colegio de Ingenieros en una escuelita. La primera posición de Calzadilla fue de extremo por derecha. “Me gustaba hacer diagonales, picar al espacio y que me tiraran la pelota larga”, recordó. Un amigo de la familia le recomendó probarse en el Deportivo Táchira, en ese momento el andino se negó porque no quería dejar de jugar con sus amigos. “Un día, tras salir de entrenar del Colegio de Ingenieros, le dije a mi padre que sí quería hacer la prueba. Fui a la cancha de Plaza Venezuela, donde practicaba la sub-12. Me dejaron ser parte e hicimos fútbol. Gusté y me dejaron quedarme. El fin de semana hubo un amistoso, jugué de titular, como extremo por derecha, e hice dos goles. En ese momento el profesor le dijo a mi papá que necesitaba mi ficha para inscribirme en el torneo nacional”, rememoró. Luego como atacante hizo la escalera: sub-12, sub14, sub-16, sub18, reserva y primer equipo.
Un palmarés de ensueño

Foto: Prensa Deportivo Táchira
Calzadilla tiene apenas 23 años, pero tiene a nivel de títulos una carrera que muchos firmaría. En tres de las 11 estrellas, él ha aparecido en la foto del podio. “He vivido esa magnífica historia de ser campeón de Venezuela y más en un equipo tan grande como Táchira. Es inefable. Es con lo que todo niño tachirense sueña con vivir y disfrutar. En San Cristóbal el fútbol se vive de una manera locamente apasionada”, expuso.
“Es un privilegio vivir estos trofeos. Pero también lo es levantarme todos los días e ir a entrenar. Esperar con ansias el fin de semana para jugar en un estadio tan bonito como Pueblo Nuevo. Todo chamo quiere pisar la Alterna y el Templo. Estoy lleno de orgullo por lo logrado”, dijo. Calzadilla reflexionó: “Uno como jugador no se da cuenta de la magnitud de un bicampeonato en la misma temporada que el equipo cumplía los 50 años. Eso siempre se va a recordar. Es muy grande e histórico”
De probarse en Plaza Venezuela, hacer un par de goles en su primer amistoso, a marcar un doblete en Liga FUTVE Banco de Venezuela. Un trayecto largo, donde se ha quitado la etiqueta de juvenil y es uno de los habituales de la plantilla. “Este es el deseo de todo jugador. Ser referente de tu estado y es muy bonito. No me gusta hablar en lo individual porque somos muy colectivos. Somos muy unidos y cada uno es una parte fundamental de lo que sucede en los partidos”.
Calzadilla cerró: “He venido en ascenso y eso es lo importante. Ojalá Dios me dé la posibilidad de prolongar este buen momento en mi carrera. Será fundamental mantener el ritmo y este nivel de juego. De niño siempre tuve el sueño de llegar al primer equipo y ahora que estoy aquí, lo valoro bastante y lo aprovecho al máximo”. Un jugador camaleónico que se ha podido adaptar a diferentes roles. Los chamos tachirenses se pueden reflejar en su ejemplo para cumplir su objetivo de ser un referente aurinegro. ¿Lo mejor? No importa que posición juegue el niño que se proyecte en Calzadilla, porque el andino las ocupa todas, menos la de portero. / Luis Vilchez