
“El Pistolero” Antonio Romero apunta a la tranquilidad en Mérida
La propuesta futbolística de Estudiantes de Mérida suele ser atractiva para los delanteros. Un planteamiento que se basa en la posesión y en ser propositivos. Esto viene acompañado de una afición exigente, que espera de sus atacantes que concreten sus ocasiones. Fuera del terreno de juego es un sitio turístico, con buen clima y una gastronomía interesante. Un lugar para vivir tranquilo. En la “Ciudad de los Caballeros” aterrizó Antonio Romero, una promesa de gol y espectáculo. “El Pistolero” cayó de pie y suma dos goles.
Conocido por su carácter volcánico, lo que le ha valido una fama de “Enfant terrible”. Muchas veces las noticias que ha generado por el arte en sus pies, se han visto solapadas por los vaivenes de su temperamento. Cuando todo ese caudal de talento es canalizado por un cuerpo técnico, con confianza y estima, el barinés es un delantero que te hace candidato a la estrella. En la apacible Mérida se le ha recibido con cariño y ellos han recibido a un Romero más maduro. Una unión que promete ser una pesadilla para los porteros rivales. Aunque el interés del académico no era reciente.
“Desde hace un par de años que desde Estudiantes me escribían y expresaban su intención de contar conmigo. Esta vez se dio la oportunidad y qué buena manera de comenzar en lo personal. Estoy contento de estar en esta ciudad, con una fanaticada alegre, que te reconoce en la calle y te hace sentir querido”, dijo Romero, vía telefónica. En este buen desempeño del ariete llanero ha tenido una gran influencia la figura de Daniel Farías.
“Cuando estaba en Barinas me llamó. Es un tipo humilde, sereno y muy sabio. Me expresó que me quería ayudar para sacar lo mejor de Antonio Romero, porque le puedo dar mucho al equipo. Me dice que me quede tranquilo, que mis compañeros me harán llegar la pelota”, expuso. El atacante añadió: “Me indicó que me mantuviera calmado y que hiciera lo que sé hacer”. En tan solo dos jornadas, Romero ha demostrado su juego asociado y su olfato goleador, como depredador del área, que se sabe manejar en espacios reducidos.
Un alumno aventajado
“El ADN de Estudiantes de Mérida es jugar bien a la pelota. Mi trabajo es hacer goles y aportar en lo ofensivo. Mantener el juego bonito, aprender de este cuerpo técnico, que tiene mucha confianza en mi trabajo”, analizó el delantero. La reiteración de las palabras “confianza” y “tranquilidad” no son baladí o de gratis. Son la fórmula para hacer lucir a cualquier jugador. En el caso de Romero, son imprescindibles.
“Primero que futbolistas, somos seres humanos. El trato que te dan, tú lo correspondes con acciones. Últimamente no he tenido continuidad. Llego a un club y me voy a los seis meses, para volver a Zamora. Es la primera vez que trabajo con Daniel (Farías), pero es muy serio y competitivo. Desde el día uno me ha dado esa confianza que uno quiere que le otorguen como jugador. Tengo que devolverle esa confianza con goles y buen rendimiento”, afirmó el barinés, que fue internacional sub-20 en el Sudamericano de 2017. Sí, la generación de los subcampeones del mundo.
Aparte de sus inicios en Deportivo Lara, solo en Zamora ha llegado a completar un año. El “Pistolero” ha militado en: Sigma Olomouc (República Checa), Union Saint-Gilloise (Bélgica), Once Caldas (Colombia), Hermanos Colmenárez, Unión Comercio (Perú), Portuguesa y Academia Puerto Cabello. Su última escala en el cuadro blanquinegro fue para salvarlos del descenso, siendo pieza clave de la hazaña de la permanencia.

Romero agitó las redes contra Zamora en la Jornada 2 y repitió en la tercera fecha ante Monagas / Prensa EDM
La tranquilidad como punto de partida
“Ahora estoy en Mérida y me gusta la ciudad, el trato que me dan. Quiero tener continuidad, consolidarme y estar tranquilo. Este año será muy importante para mí y espero quedarme aquí por mucho tiempo”, confesó. El cambio de mentalidad viene con la perspectiva que otorgan los años. “Son 11 años en la Liga FUTVE, desde mi debut en 2013. Estoy en una edad (28 años) en que necesito tener esa tranquilidad y estabilidad, para mostrar la mejor versión de Antonio Romero dentro del campo de juego”, señaló.
El atacante barinés no solo es garantía de gol, sino de espectáculo con el balón. “Cuando era más chamo era un jugador con cualidades diferentes al Antonio Romero actual. Era supervertical, siempre iba al espacio, porque era muy rápido. Aparte de jugarme el 1 vs 1. De unas temporadas para acá sentí que tenía otras virtudes para aportar. Me ha gustado más la versión del Antonio Romero que pide la pelota, que se asocia, busca una pared, hacer un taco o sombrerito. Lo he ido trabajando y con el paso de los años he consolidado esa idea”, expuso sobre la evolución de su juego.
En una plantilla académica, donde tiene muchas opciones de jugadores de buen pie, que pueden alternar entre el balón al pie y al espacio, el que mejor lo ha entendido es Marlon Fernández, en los entrenamientos. Una sociedad que puede brindarle muchas alegrías a la afición merideña. Pero aparte de la magia que trae Romero en sus tacos, no rehúye a la idiosincrasia del futbolista llanero, que consiste en la lucha y repetir esfuerzos.
“Soy un jugador muy competitivo. Me juego la vida en cada pelota. Si tengo que barrerme, voy al piso. Si tengo que correr por mi compañero, lo haré. Eso me identificó mucho con Zamora y me hizo ganarme el cariño de la afición. Soy el tipo de jugador que las corre todas y suda la camiseta. Nací para jugar fútbol y ser un guerrero. Esa manera de trabajar me ha ayudado muchísimo en estos 11 años”, afirmó el delantero.
La promesa de un 2025 exitoso
A pesar de sus goles, las primeras dos jornadas se saldaron con sendas derrotas: Carabobo (0-2) y Zamora (2-1). En la jornada 3 sumaron sus primeros puntos al vencer (2-0) a Monagas, en el Metropolitano de Mérida. “Este triunfo fue, sin duda alguna, un desahogo. Habíamos jugado muy bien los dos primeros partidos. Sabíamos que la idea del profesor iba a salir en cualquier momento. Ante un equipo que venía de competición internacional, era el momento de agarrar confianza y sumar una victoria”, declaró.
El próximo reto será contra la UCV, en la capital de la República. “Debemos mantener nuestra idea de juego. Tener la pelota, jugar y generar mucho hacia adelante, tanto por bandas como por el medio. Podemos hacer daño, porque contamos con las herramientas. Ir con calma, jugar y jugar, hasta abrir a la banda y tirar centros”, analizó sobre su más cercano reto.
En una conversación que denota madurez, surge la pregunta: ¿Estamos a las puertas de ver al mejor Antonio Romero? “Con el pasar de los años uno va entendiendo cosas, mejorando y madurando. La carrera se va acortando también. Mi mejor versión fue la de 2018 o la de 2022 con Zamora. Ahora se verá una mejor cara. Lo importante es que estoy tranquilo, mi familia está bien y estoy sereno de la mente. A partir de ahí, todo sale bien en el campo”. / Luis Enrique Vílchez